Arquitectura minimalista en el paisaje tropical de la costa mexicana, creando un espacio neutral que permitió que los acentos de color y texturas fueran el aspecto fundamental del diseño.
El diseño breve de Joaquin Homs fue modesto, permitiendo que los colores tomaran la presidencia, sin comprometer el lujo que esperaría de una propiedad como esta. Para Joaquín Homs era importante mantener la serenidad del entorno de los diseños mediante el uso de colores sutiles para replicar el azul del mar y los verdes de la vegetación pronunciada que rodea el desarrollo.
Joaquin Homs diseñó el espacio como si fuera el lienzo de una pintura, al enfocarse en muebles con líneas simples. Joaquin Homs pudo utilizar la luz natural a su favor para generar muchos contrastes de color, luz y sombras. Las cortinas de texturas náuticas y los techos con paneles de madera de fresno contrastan con el piso para agregar sensualidad y un ambiente relajado. Con estos elementos, Joaquín Homs concentró el color y el drama en la iluminación decorativa, como en la sala y el comedor.
En otros espacios, Joaquin Homs utilizó texturas naturales en los papeles pintados combinados con finos acabados de madera que van desde los blanqueados hasta los quemados. En una residencia con 10 habitaciones, es importante esforzarse por diseñar cada habitación con una diferencia, ya sea en su carácter jugando con los muebles, o con la iluminación y los accesorios. Joaquín Homs hizo lo mismo en las áreas públicas, es por eso que las instalaciones de ocio, socializar y entrar en los espacios, también eran diferentes en diseño pero todos tenían el mismo espíritu.